Este perro tomó el nombre de la región de Kerry, en el extremo sur de la República irlandesa. Sus orígenes deben buscarse en un tipo de viejo terrier que durante muchísimo tiempo los campesinos irlandeses utilizaron como guardián de sus rebaños y para la caza de animales dañinos que causaban una gran mortandad entre los jóvenes corderos. En la sangre de este antiguo perro se introduce la de otros terrier, hasta que, en la segunda mitad del siglo pasado, se inició la selección del Kerry Blue sobre la base de serios criterios de cría, principalmente para mantener invariables las cualidades naturales de cazador y de guardián. El reconocimiento oficial de la raza por parte del Kennel Club, se realizó inmediatamente después de la primera guerra mundial y más adelante hizo su aparición en las exposiciones caninas francesas, obteniendo un rápido éxito.